¿Saben esa sensación de tristeza que da justo luego de ver algo que te ha hecho absolutamente feliz, porque crees que ya nada de lo que veas se comparará a ello? Es justo lo que sentí cuando terminó Alice in Wonderland y la voz de Avril Lavigne llenó la sala del cine. ¿Qué cual es mi opinión? No, de verdad, ¿Qué cual es mi opinión? Pues que es en
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